jueves, 25 de abril de 2019

Los papeles de Beale: Un tesoro perdido

Este texto cifrado del siglo XIX conduce a uno de los mayores tesoros enterrados del planeta



Origen de la historia

Thomas J. Beale había sido elegido líder de un grupo de 30 aventureros de Virginia, quienes se dirigieron a la entonces zona española de Santa Fe mientras cazaban búfalos y dieron con una rica y productiva mina de oro y plata. A lo largo de 18 meses, el equipo retiró miles de kilogramos de metales preciosos, que transportaban en secreto a Virginia, donde los enterraban en una locación solo conocida por él y sus hombres.


Thomas J. Beale sabía de los peligros que acechaban en una labor ilegal en la frontera de la Nueva España, por lo que decidió entregarle a Robert Morris (una persona de confianza) los tres documentos en los que estaba oculto el lugar del tesoro antes de desaparecer completamente de la escena pública. El posadero tuvo en su poder la caja por 23 años antes de abrirla, pero lo único que encontró fueron tres documentos en un lenguaje que no era capaz de comprender.


Tres papeles que explicaban:

Al no conseguir descifrar su contenido y poco antes de su muerte, Morris decide traspasar los “poderes” de la caja a un amigo anónimo. Un hombre que consigue descifrar los secretos que contenían el texto número 2.

Nota 1: La ubicación, donde se encuentra el tesoro


Nota 2: El contenido exacto del tesoro.


El amigo de Morris el que, usando una copia de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos descifrara el segundo documento sustituyendo los números por la primera palabra del documento. En sus páginas aparecía el siguiente mensaje:
“He depositado en la zona rural de Bedford, a unas cuatros millas de Buford, en una excavación o bóveda, seis pies bajo la superficie del suelo, los siguientes artículos, que pertenecen a las personas cuyos nombres se dan en el número tres:
El primer depósito consiste en mil catorce libras de oro y tres mil ochocientas libras de plata, depositadas el dieciocho de Nov. El segundo se hizo el veintiuno de Dic. y consiste en mil novecientas siete libras de oro y mil doscientas ochenta y ocho de plata; también joyas, obtenidas en St. Louis a cambio de plata para ahorrar en el transporte y valoradas en mil trescientos dólares.

Lo arriba mencionado está asegurado en cofres de hierro con cobertura de hierro. La bóveda está burdamente marcada con piedra, y los depósitos se encuentran en roca sólida y están cubiertos con otros. El papel número uno describe la localización exacta de la bóveda, para que no haya dificultad alguna al encontrarla.”

Nota 3: Quiénes son los dueños del mismo.


Tras haber publicado los tres documentos, muchas personas comenzaron la búsqueda por el secreto que les brindaría acceso al tesoro oculto. Además de que ya habían pasado más de 60 años desde que se enterrara, los papeles encriptados ya eran de dominio público, por lo que a pocos les importaba entregar el tesoro a sus legítimos dueños y buscaban quedárselo para sí. Sin embargo, pasó el tiempo y nadie clamó haber descubierto el tesoro.

De acuerdo con los expertos, mientras que el segundo papel es relativamente fácil de resolver, los otros dos han resultado tener un código completamente novedoso y nadie, hasta el momento, ha sido capaz de resolverlos. Los expertos criptoanalistas que lo han intentado y le siguen dando veracidad creen que es posible que Beale utilizase un documento escrito por el mismo como clave del cifrado y que encontrar esta "llave" puede ser cuestión de puro azar. 

Por cierto, cualquiera puede probar su habilidad al descifrar las coordenadas. Ahí tenéis disponibles las tres hojas con el código del mensaje.El panfleto original aún se conserva en la Biblioteca del Congreso.





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