viernes, 5 de abril de 2019

La cocinera asesina


María Tifoidea (1869-1938) es puesta en cuarentena de por vida. Fue la primera persona en Estados Unidos identificada como un portador asintomático de fiebre tifoidea. Era cocinera, y cuando contagiaba a una familia, inmediatamente cambiaba de trabajo. Se cree que puede haber matado a 3 a 50 personas.

Lo curioso de estos casos fue que, aparentemente, no parecía existir nada que los estuviera causando ya que se analizaron los posibles alimentos que podrían haber transmitido la enfermedad a los afectados y ninguno de ellos parecía ser la fuente. Es por ello que la causa habría pasado desapercibida de no haberse hallado una relación entre dichos casos. Pero no se trataba de ningún alimento sino de una persona, una mujer llamada Mary Mallon… 


Fue recién al contratar al ingeniero, George Soper (experto en detectar brotes de fiebre tifoidea), que se logró algún avance. Ahora, Soper sabía (como la mayoría de personas incluso en esa época) que la tifoidea se puede propagar mediante la ingesta de agua o alimentos contaminados, y dado que no había contaminación en las fuentes de agua de la casa, la infección tendría que haber provenido de uno de sus habitantes. Sus primeras sospechas apuntaron hacia Mary, siendo ella la cocinera, por lo que investigo sus trabajos anteriores, descubriendo que entre 1900 y 1907, Mary había trabajado en 7 casas, de las cuales 22 personas se habían enfermado de fiebre tifoidea, una de las cuales (una niña) falleció por ello.


En el hospital (la primera de la izquierda)

Fue aislada en cuarentena en la isla de North Brother durante tres años, al final de los cuales María Tifoidea, como ya había sido bautizada por la prensa, fue liberada por un juez bajo la promesa de no volver a trabajar de cocinera.

En 1915, un brote de fiebre tifoidea asoló una maternidad de Nueva York. Las pesquisas condujeron, de nuevo, hacia la cocinera, de nombre Mary Brown. Como pronto se demostró, no era otra que Mary Mallon, quien había roto la promesa y se había cambiado de nombre para volver a su antiguo oficio, el único con el que podía ganar suficiente dinero para subsistir. Ella nunca aceptó la acusación, y siempre proclamó su inocencia, aferrándose al hecho de que nunca había enfermado.


Mary (derecha) junto a la bacterióloga Emma Sherman hacia 1931 o 1932, durante su segunda y definitiva cuarentena

Esta vez, la condena fue definitiva, y fue puesta en cuarentena durante más de dos décadas, hasta su muerte en 1938, por una apoplejía, con 69 años de edad. En la autopsia se confirmó la persistencia de las bacterias en el interior de su cuerpo. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario