viernes, 12 de abril de 2019

La Escalera inamovible del Santo Sepulcro



Si alguna vez visitas la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, asegúrate de dirigir la mirada hacia las ventanas del piso superior de la fachada principal. Justo debajo de la ventana de la derecha, se encuentra una escalera.


Al principio puede parecer una escalera sin importancia, probablemente dejada allí por alguien mientras hacía un mantenimiento. Sin embargo, esa escalera ha estado allí durante tres siglos.

En primer lugar, nadie está 100% seguro de cómo esa escalera llegó allí. Algunos dicen que fue dejada por un albañil mientras hacía un trabajo de restauración en la iglesia, pero no están seguros de cuándo ocurrió.

Un grabado que data del año 1723 parece incluirla. La primera evidencia escrita de esta escalera se remonta hasta 1757, cuando el sultán otomano Abdul Hamid la mencionó en un edicto. Varias litografías y fotografías del siglo XIX ya mostraban dicha escalera.

Esta foto es de 1885 y ya se puede ver la escalera


La triste razón por la que nadie ha movido la escalera de esta Iglesia en 300 años

Es el principal testimonio que prueba la rivalidad entre las seis comunidades religiosas de las que depende el templo cristiano más emblemático de Jerusalén.

 Hecha de madera de cedro, de procedencia presumiblemente libanesa, ha estado colocada en esta misma ubicación desde 1757 y solo ha sido desplazada en alguna mudanza ocasional. El porqué de esta insólita presencia hay que buscarlo en el hecho de que se ubica en una zona común del templo y, por lo tanto, ningún clérigo de las diferentes comunidades puede variar, mover o modificar su emplazamiento. Ni siquiera para este asunto liviano -retirar una vieja escala- se han podido poner de acuerdo griegos ortodoxos, latinos, armenios y el resto de las confesiones cristianas presentes en este santuario erigido en el mismo lugar donde Jesucristo fue crucificado, enterrado y resucitado.

Acuerdo de las seis órdenes religiosas



En el siglo XVIII, el sultán otomano Osman III forzó un compromiso que llegó a ser conocido como el acuerdo de Status Quo: además de la división de Jerusalén en cuadrantes, decretó que quien en ese momento tenga el control de un determinado sitio lo seguiría controlando indefinidamente. Si varios grupos pretendían un sitio, entonces todos ellos tendrían que estar de acuerdo con cualquier cambio, aunque sea menor.

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Esta última parte no solo ha evitado guerras, sino que también ha impedido el mantenimiento adecuado de diversos lugares de peregrinación. A menos que todas las partes relevantes llegasen a un acuerdo acerca de algún trabajo para mejorar las instalaciones, nada puede hacerse.

Esto ayuda a explicar por qué la escalera no se ha movido. En la actualidad, seis grupos cristianos reclaman esta iglesia, y han decidido que es más fácil simplemente dejar la escalera donde está. En este punto, ni siquiera es claro exactamente a quién le pertenece la escalera, aunque algunos sostienen que la dueña es la Iglesia Apostólica Armenia, junto con el saliente en la que ella que se encuentra.

En 1964, la escalera tomó un nuevo significado. El Papa Pablo VI estaba de visita en Tierra Santa y sintió dolor al ver cómo dicha escalera, que se había convertido en un símbolo del acuerdo de Status Quo, también era un recordatorio de las escandalosas divisiones entre los cristianos.



 Por tal motivo decretó que la escalera se mantuviera exactamente donde está hasta que se resuelvan las divisiones entre los cristianos. Puesto que la Iglesia Católica Romana es uno de los seis grupos cristianos con poder de veto sobre cualquier cambio, la escalera no se moverá de ese lugar hasta que se de la ansiada unión.

¡Pero esto no ha impedido que algunas personas hayan intentado mover la escalera! En 1981, alguien trató de hacerlo, pero fue detenido rápidamente por la policía israelí. En 1997, un bromista se las arregló para robarla y desapareció durante varias semanas. Afortunadamente, pudo ser recuperada y fue puesta en su lugar.


Esta es una foto del robo en 1997






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