La muñeca Anabelle
En el Museo de ocultismo de los Warren existe un objeto que se guarda en una funda especial que dice: "No abrir bajo ninguna circunstancia". Se trata de la famosa muñeca Anabelle. La verdadera muñeca Annabelle no era de porcelana ni tenía el aspecto de una niña pequeña como la que aparece en «Expediente Warren: The Conjuring» ni en «Annabelle». Era de trapo
Donna, la dueña de la muñeca en la que se inspiran las películas, aseguró que se movía y la agredía. Se la regaló su madre en 1970, cuando tenía 19 años, aparentemente para evitar que la joven, que por aquél entonces era estudiante de enfermería, se sintiera sola.
De acuerdo con una leyenda urbana, ella cambia su ubicación sola si la dejas sin vigilancia y hace todo tipo de travesuras.
Dicen que en varias ocasiones incluso se tuvo que recurrir a un ritual de exorcismo. La experta en estos fenómenos, después de una sesión, les informó de que el espíritu de una niña de 7 años llamada Annabelle Higgins había poseído a la muñeca. La menor, al parecer, había fallecido en el lugar.
Lorraine Warren (derecha) junto a la verdadera muñeca Annabelle.
Actualmente forma parte de las piezas contenidas en el Museo de lo Oculto del matrimonio Warren.
Caja Dybbuk
El pequeño baúl de madera, que protagoniza una de las películas de terror (El origen del mal, de Sam Raimi), fue puesta en subasta en eBay y en su interior contenía dos mechones de pelo, una losa de granito, un capullo de rosa seco, una copa, dos monedas y una vela. Fue adquirido por un comprador anónimo. Este ya había sido advertido por Nietzke de que, según él, el cofre también albergaba a un dibbuk, que la tradición judía define como “el espíritu de una persona que, en lugar de pasar al otro mundo, se queda en el nuestro y es capaz de poseer a otras criaturas”. Según el relato del anónimo comprador, que volvió a poner la caja a la venta poco después de hacerse con ella, a los pocos días de tenerla en casa empezaron a sucederle toda clase de desgracias que culminaron con una caída masiva de pelo. Algo poco habitual para un joven veinteañero con buena salud
La caja cuadruplicó su precio y un director de museo, Jason Haxton, ganó la puja. Tampoco se libró, afirmó a la periodista, de los efectos del objeto: “Al día siguiente de recibirlo en la oficina ‘me desperté con el ojo derecho como si me hubieran pegado”. Eso no es todo. También sufre de fatiga, nota un sabor metálico en la boca, y una constante congestión nasal y tos. Intrigado por el asunto, Haxton rastreó la historia de la caja y dio con un currículum algo extraño para un simple baúl de tamaño reducido.
El origen de la caja
Al parecer la caja había pertenecido a un coleccionista de antigüedades y pequeño empresario de Oregón llamado Kevin Mannis, que la compró en un mercadillo organizado por sus vecinos. Según el propio Mannis, su anterior propietaria fue “una anciana de 103 años”. Media hora después de comprarla su tienda de antiguedades quedó arrasada.
Decidió regalarle el objeto a su madre. (poco cariño la tenía)
Al poco, esta sufrió un infarto y hasta quedó muda por un tiempo: la señora acabó devolvíendole el regalo a su hijo con una nota que rezaba “asco de regalo”. El vástago volvió a poner la caja en subasta, Nietzke la compró, sufrió una plaga de insectos, problemas de visión y todo tipo de líos con aparatos electrónicos.
Haxton se propuso entonces averiguar qué había detrás de ese misterio y empezó a consultar a expertos
Lo que dicen que la caja contiene elementos que podrían haber servido para guardar elementos de personas difuntas. Eso es una tradición muy común, especialmente para preservar los recuerdos de familiares muertos. Todas estas cosas formarían parte de un condensador de energía del alma, que podría servir de acceso a espíritus de otras dimensiones y atrayendo a presencias muy negativas.
Cuando el artículo se publicó, muchos mostraron interés. Hollywood no quiso ser menos. Finalmente fue Sam Raimi el que acabó siendo el productor de la película, titulada El origen del mal.
“Robert”, el muñeco diabólico
Estos extraños sucesos inspiraron la película “Chucky”
Se dice que este muñeco, que permanece en el museo de la localidad norteamericana de Key West, embruja a todo aquel que le tome una fotografía.
La historia comienza... cuando Robert Eugene Otto, un pequeño niño que vivía junto a sus padres, recibió un regalo que le hizo una criada de la servidumbre: un muñeco de tres pies de altura, relleno con paja, cosido con alambre y vestido con un traje blanco de marinero. El niño, a quien sus padres llamaban simplemente “Gene”, bautizó de inmediato al muñeco con su propio nombre, Robert.
Se decía que la familia Otto, maltrataba mucho a los empleados domésticos que tenían. Cuenta la historia que fueron 4 sirvientes a los que la señora Otto despidió de su casa. Lo que el pequeño niño y sus padres no sabían era que el personal de la servidumbre, criados negros traídos de la isla de las Bahamas, eran practicantes de vudú y magia negra, cosa habitual en algunas comunidades caribeñas, y que el muñeco no era tan inocente como aparentaba. Como sea que fuere, desde el primer momento el niño se encariñó en demasía con el muñeco. Hablaba con él y procuraba no separarse de él en ningún momento.
Fue ahí cuando todo empezó a cambiar, los padres de Gene observaban y escuchaban cosas muy extrañas. Los vecinos les comentaban que mientras ellos no estaban en casa, veían a un muñeco que se asomaba por las ventanas, los padres no sabían si hacer caso de éstos comentarios. Por otro lado Robert comenzó a echarle la culpa sobre algunas travesuras a su muñeco. A tal punto llegó, que los padres escuchaban al muñeco reírse y caminar por toda la casa.
Sospechando que algo extraño pasaba con el muñeco, los padres del niño decidieron sacar el juguete de la habitación del niño y dejarlo tirado en un rincón del ático de la casa.
Años más tarde, muertos los padres de Gene, éste, convertido en un pintor, recibió como herencia la casa donde había pasado su infancia, así que decidió mudarse a su nuevo hogar en compañía de su flamante esposa. Quería aprovechar el amplio espacio de su antigua vivienda para poder pintar sin problemas y, sobre todo, darle un adecuado uso al bello mirador de la casa, una bella torre de madera de tres pisos
No pasó mucho tiempo cuando Gene descubrió en el ático a Robert, su olvidado compañero de juegos. De inmediato lo rescató del polvo y lo instaló en el mirador. A partir de ese momento, el estrecho vínculo que había entre el otro niño y su muñeco volvió a hacerse presente
Cansado de Robert y sus “travesuras”, Gene decidió devolver a su viejo amigo de la infancia al ático
Gene Otto murió en 1972 y su esposa vendió rápidamente la casa, pero siguieron pasando sucesos sobrenaturales a la nueva familia se instaló en la casa.
En la actualidad
El muñeco Robert , finalmente fue sacado de la casa de la familia Otto y trasladado al Martello Gallery-Key West Art and Historical Museum.
Lo más curioso, en todo caso, es que se comenta que al fotografiarlo o grabarlo en vídeo, las cámaras dejan de funcionar o bien las fotos aparecen borrosas o defectuosas. Los encargados del museo y la misma leyenda que rodea al muñeco Robert afirma que los visitantes deben pedirle permiso si quieren sacarle una foto, pues de lo contrario una posible maldición podría recaer sobre éstos. Se comenta, de hecho, que la gran cantidad de cartas y fotografías que pueden verse pegadas en las paredes del cuarto donde se encuentra Robert son solicitudes de gente que lo fotografió sin permiso y que le ruegan que les levante la maldición que parece haber caído sobre ellos.