Maravilla natural, las cataratas del Niágara esconden en uno de sus lados un antiguo túnel construido a principios del siglo XX para albergar un ferrocarril que nunca llegó a ponerse en funcionamiento. Los fenómenos extraños que acontecen en su interior, como agudos gritos de mujer y ráfagas espontáneas de viento que apagan cualquier fuego que se encienda en su interior, ha llevado a los lugareños a bautizarlo como el 'túnel de los gritos'
Totalmente inaccesible, excepto a través de una estrecha hendidura oculta en el suelo de un planta eléctrica abandonada. Un peligroso descenso en rappel de mas de 9 metros a través de las traicioneras entrañas de la decrépita central eléctrica es la única entrada a este bastión
En el otoño de 2004, 3 osados con la experiencia y el equipo suficiente descendieron al Tailrace, el túnel secreto del Niágara .
En 1906 era el túnel más grande de su estilo en el mundo. Inexplorado durante mas de 30 años
Este túnel acaba detrás de las cataratas tras una cortina de agua